viernes, 30 de mayo de 2008

APRENDER A VIVIR

Nuestra escuela no se puede limitar a dar consejos, más o menos evidentes y menos en ser algo moralizante.Tiene que ser lo más científica posible, haciendo que nuestro estudio sea fortalecido por las diferentes ciencias antropológicas, la filosofía, la teología…Nuestro estudio parte de la psicología evolutiva, que se transforma irremediablemente en evaluativa al hablar de la educación

Ya nadie piensa, que ante el misterio del hombre, estemos en un terreno de causalidades lineales, donde cada causa produce un efecto, de tal modo que si hacemos “esto” va a resultar lo “otro”. La personalidad del niño es la conclusión de un entramado de influencias ajenas, iniciativas personales, causalidades múltiples, interacciones complejas…
Nosotros, en la parroquia, nos proponemos una revolución desde la infancia (sala cuna) hasta la ancianidad (Hogar de ancianos), que apueste por una idea sencilla y radical: una buena manera de construir el Reino de Dios es empeñarse en que desde niño se tenga una vida lograda, digna y feliz.Desde el colegio nos la queremos jugar por implantar una “civilización del cuidado”, una “maternalización” de la sociedad, que sería la civilización verdaderamente humana, la “civilización del amor”.
Esto nos parece urgente en un mundo con tanta violencia, donde aumenta el maltrato infantil en todos los sentidos.Estamos obligando a los niños a enfrentarse, sin recursos, con un mundo adulto que oscila desde la tarjeta de crédito (el dinero) y la agresividad (el poder). Para sobrevivir tienen que aprender, ciertamente, nuestras múltiples codicias y egoísmos. Y sin muchas más armas que la violencia. Quizás una prueba de esto haya sido la movilización estudiantil. Con la escuela de la vida queremos quitar dramatismo y desesperanza a la tarea educativa, y ayudar a despertar el asombro, la alegría y el ánimo ante un niño que nace, y al que vamos a acompañar en su desarrollo. ¡Ojalá sea bien vivido, feliz y con dignidad!
No quisiéramos, que lo que pretendemos en la escuela de la vida, se haga por obligación lo que se debería hacer por entusiasmo.Es sabido por cualquier profesor que para enseñar tenemos que seguir dos pedagogías.+ La de la razón+ Y la del sentimiento.
Debemos explicar lo que sabemos y explicar también nuestros entusiasmos. La primera les proporcionará el conocimiento, La segunda, el ánimo y el deseo por conocer. La primera: lo que es la vida, la segunda: las ganas de vivir.Me gustaría ser yo el primero y transmitir en esta escuela el asombro, el interés, la preocupación o la fascinación que a mí me produce lo que estoy estudiando: el hombre navegando por la vida, feliz y con toda su dignidad. El misterio del hombre que es el misterio de Dios.
La palabra bien nos introduce en el mundo de los valores. En principio, una buena vida, consiste en la conquista de tres grandes valores:La saludLa felicidadLa dignidad
Estos tres objetivos parecen muy distintos: biológico, psicológico, ético. Pero están estrechamente relacionados. Cuando pensamos en el futuro de un niño le deseamos una buena salud, una vida feliz, y que se comporte con dignidad en un mundo dignificado, en un mundo que colabore a su felicidad. En esto, fundamentalmente, radica el “perfil del alumno”, propuesto por nuestro colegio.
3. – La felicidad es lo central.Todo ser humano quiere ser feliz. El deseo de la felicidad es la apetencia más profunda que llevamos inscrita en lo más hondo del ser.Aprender a vivir, en definitiva será “aprender a ser feliz”. Y todo lo que pueda atentar contra la felicidad es la agresión más grave que se puede cometer contra el ser humano, sea quien sea o cómo sea. En este aspecto tendremos que profundizar más en el evangelio (las bienaventuranzas). La verdadera fe en Dios está delimitada y definida por la relación entre Dios y la felicidad de vivir que sentimos los seres humanos. Desde aquí es cómo podemos distinguir al Dios verdadero de los dioses falsos.
El proyecto de Dios es que el hombre viva, viva feliz.Pero hay que tener claro que una persona feliz es mucho más que un animal satisfecho.La felicidad siempre es un camino de “suma”. Nunca alcanzaremos la felicidad plena. Los cristianos tenemos esperanza de alcanzarla en lo que llamamos “cielo”. Pero, no olvidemos que, para esto, tiene que surgir un “hombre nuevo” y una “humanidad nueva”!...
El deseo de felicidad le tenemos desde los inicios de nuestra vida. Las primeras palabras que aprendemos desde niños son casi siempre las mismas: mamá, papá y la tercera es casi siempre “más”. (Más dulces, más felicidad…)Los seres humanos, en cualquier edad, estamos movidos por múltiples necesidades y deseos. Los podemos agrupar en dos motivaciones fundamentales: o el bienestaro la ampliación de nuestras posibilidades.
De estas motivaciones depende la felicidad. Y la felicidad no es otra cosa que la alegría de vivir. En definitiva se trata de hacer posible nuestros sueños.Porque sueños tenemos todos:Sueños propios o prestadosSueños humildes o grandiososSueños impuestos u olvidadosSueños horribles o encantadores.
Pero otra cosa es ver qué hacemos con nuestros sueños. Si dejo que el sueño me fascine se puede transformar en una fantasía, que ya es un sueño que sueño despierto ( qué lindo sería vivir…)La fantasía se puede convertir en ilusión, que es como una semilla que si la riego, la cuido y la hago crecer, puede surgir un deseo. El deseo es nada más y nada menos que la batería o el combustible de cada una de mis actitudes. El deseo adquiere sentido cuando soy capaz de transformarlo en una acción, pero, para que un sueño se haga realidad es necesario despertar. ¿No fue de un sueño de donde nació este colegio?
La felicidad no se da como premio sino que va resultando en el proceso y en cada momento de nuestras actividades. No jugamos para ser felices, sino que somos felices jugando.
4. –Los recursosConseguir estas tres grandes metas ( salud, felicidad, dignidad) va a depender de los recursos que disponga el alumno. Gracias a los recursos podrá ampliar el campo de sus posibilidades y enfrentarse a los problemas.o Unos recursos personales (capital personal)o Otros son ( colegio… capital social
No podemos olvidar que el entorno es fuente de posibilidades o de limitaciones. Aquí radica lo fundamental de nuestro proyecto educativo: aumentar las posibilidades y hacer frente a las limitaciones. En principio el niño es como una “esponja”. Somos naturaleza y cultura. Soy lo que soy y mis posibilidades.Por eso, postulamos por una pedagogía de la posibilidad y de la creación.
Lo real no nos basta. Nos sostiene, nos impulsa, nos limita, pero, no es suficiente. La inteligencia inventa sin parar posibilidades reales, que no son sólo fantasías, sino ampliaciones que la realidad admite cuando la integramos en nuestros proyectos. El mar, gran obstáculo, puede convertirse en medio de comunicación si invento el barco. Y el aire puede aguantar nuestro peso, si invento el avión. El agua del río puede convertirse en luz, tras saltar por la presa… La realidad por pobre que sea, queda en suspenso esperando que el ser humano acabe de “darla a luz”. Nadie como San Pablo ha visto a la creación con dolores de parto esperando el nacimiento de una nueva creación (Rm. 8)
Teniendo todo esto en cuenta, educar no es otra cosa que cultivar los recursos. Resumiendo:Educar es ayudar a que el alumno:o desarrolle sus capacidadeso asimile los conocimientos, valores y destrezaso produzca buenos “alcances” (ideas, sueños, deseos, proyectos)o y se comporte adecuadamente.
De esta forma aprenderá a vivir, aprenderá a ser feliz y colaborará en un mundo mejor y más feliz.Pero, la educación se transmite por dos caminos diferentes. Uno personal y otro social. Si queremos educar a un niño debemos educarle a él y educar también su ambiente. Es decir, debemos educar al niño y al “colegio” y si fuera posible toda la sociedad. “Para educar un niño se necesita toda la tribu”.Esa es la razón de esta escuela.

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